Todos hemos leído esos informes sobre la fábricas japonesas, donde los obreros y la dirección comen en la misma cantina, y uno y otros tienen voz y voto a la hora de evaluar el rendimiento. Estos éxitos reflejan la maravillas que pueden conseguir cuando se respeta a las personas, en vez de limitarnos a tratar de manipularlas.
Cuando Thomas J.Peter y Robert H. Waterman Jr., los autores de “En busca de la excelencia”, sacaron la quintaesencia de los factores que hacen grandes a las empresas, uno de los principales que hallaron fue una atención apasionada hacia la gente.
“En las compañías excelentes difícilmente se encuentra un tema más generalizado que el respeto al individuo”, escribieron.
Las empresas que habían triunfado eran las que trataban al personal con respeto y con dignidad, las que contemplaban a sus empleados como asociados y no como meras herramientas. Subrayan que, en un estudio, dieciocho de los veinte directivos de Hewlett-Packard interrogados manifestaron que su éxito estaba en función de la filosofía orientada a las personas de la empresa. Ahora bien, Hewelett-Packrd no es una empresa comercial dedicada al trato con el público, ni una empresa de servicios que dependa de una buena reputación; es una empresa que se mueve en las fronteras más complejas de la técnica moderna. Pero incluso así queda claro que la relación eficaz entre personas se contempla como reto principal.
Como la mayor parte de las creencias que detallamos aquí, es más fácil elogiar la idea de la palabra que asumirla como propia. Es fácil propagar verbalmente la necesidad de tratar con respeto a las personas, bien sean las de la propia familia o el personal nuestro negocio; en la práctica suele ser más difícil hacerlo.
Mientras lea usted esta información, mantenga presente la imagen del timonel que va ratificando el rumbo de su nave mientras avanza su destino. Lo mismo pasa en la vida. Hemos de permanecer siempre alerta, rectificar nuestra conducta y recalibrar nuestras acciones para estar seguros de ir adonde queremos. Decir que uno trata a la gente con respeto no es lo mismo que hacerlo. Los triunfadores son los que tramiten más eficazmente a los demás estas preguntas ¿Cómo podríamos mejorar esto? ¿Cómo podríamos solventar esto otro? ¿Cómo produciremos resultados más positivos? Saben que un hombre aislado, por brillante que sea, difícilmente puede rivalizar con el talento de un equipo eficaz que actué en colaboración.
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